Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2013

En nuestras despedidas nunca existió un adiós.

Imagen
Hace unos días veo en la lista de pacientes a Juanita después de bastante tiempo. Me puso contento, casi excitado. Me había quedado con ganas de saber más, de conocer, es como si desde la consulta inicial y desde que escribí su historia hubiera pasado a ser una parte importante de mi. Llega el horario y no viene, pasa el tiempo y definitivamente no viene. Sensación de frustración, de “otra vez será”, con un dejo de: tal vez leyó su biografía no autorizada y se molestó. Pasó el momento y siguieron corriendo días de intensidad laboral extrema y, confieso que me olvidé por completo de Juanita. Y ayer nomás la veo, pero no en la lista, sino de cuerpo presente (como en los funerales de mi pueblo), en la sala de espera con una sonrisa franca saludándome a la distancia. Me acerco y le doy un beso, le digo en un ratito estamos. Sigo atendiendo, pero la verdad que lo único que quería es que le llegara el turno a Juanita. Finalmente abro la puerta y llamo: -Senderooo! Se levanta y