La desaparición del cardiólogo. Historia de un túnel
Fue hace ya unos años. El Bar Solanas transcurría sus días de forma anodina. La paz solo era interrumpida por algunas situaciones relacionadas con Cachi, el Perro. Evidentemente conservaba algún atisbo de mal carácter, tal vez relacionado con el hecho de su exclusión del futbol que siempre consideró injusta, porque al final de cuentas a la pepona no le había pasado nada serio y, según cuentan, se pasea muy orondo por las calles de Córdoba. Los mas osados dicen que en mesa de café comentó que la historia era falsa y que el Perro era incapaz de hacer daño a nadie porque era un cagón. Hasta hizo comentarios, dejando serias dudas sobre la virilidad del susodicho. Fiel a su silencio nunca intentó contestar esas acusaciones. Decía, parafraseando a Messi que lo que pasaba en la cancha moría en la cancha y que ya se lo iba a encontrar a la Pepona para aclararle algunas cositas. Figuran dentro de esta época anécdotas, como aquella de la clienta que en horas del mediodía se sentó en una de