Historia de mosquitos, parte 2

Siiii! Adivinaron. Si la anterior era la parte uno eso hacía suponer que había una parte dos. Esta parte sucede en el mismísimo presente, en el verano del 2016 en la misma ciudad húmeda y llena de…mosquitos. Pero ahora los insurrectos sumaron un refuerzo de fuste, que se llama Aedes Aegypti. Recuerdo haberlo estudiado en la facultad, hace algún tiempo quizá y fue mencionado en cuanto programa de TV, diario o página web se me haya ocurrido visitar en estos días.
Me voy a Wikipedia, mi enciclopedia digital de consulta y dice: El Aedes aegypti, el mosquito de la fiebre amarilla, es un culícido que puede ser portador del virus del dengue y de la fiebre amarilla, así como de otras enfermedades, como la chikunguña y la fiebre de Zika. Es miembro del subgénero Stegomyia dentro del género Aedes (al que pertenece el estrechamente emparentado Aedes albopictus, vector también del dengue).
Tremendo! Un auténtico culícido, con todas las letras. Un transportador de virus diversos, encima con parientes de los que mejor no hablar, como el mismísimo albopictus. Y sin dudas que esto cambia toda la historia. Es algo así como el ingreso del narcotráfico y la banda de los monos, por hacer alguna comparación rápida.
El agresivo y traicionero sujeto se infiltra en la oscuridad de la noche, se esconde en el pasto, en el agua, en los cacharros. Aparecen palabras como descacharrear, no dejar agua en ningún recipiente y otras medidas similares destinadas a que el mosquito muera deshidratado, seguramente. Para sobrevivir y multiplicarse recluta a otros mosquitos de inofensivo aspecto que le permiten pasar inadvertido y esos, precisamente esos están de nuevo en mi techo, esta vez en mi mismísimo departamento. Vivo en un piso 11 y añoro las épocas en las que decían que los mosquitos no pasaban del quinto. Ja! Muy graciosos.
Tengo conviviendo pacíficamente con mi familia una comunidad de Gekos, que son esos simpáticos animalitos que vinieron de áfrica y se quedaron. Son lagartos en miniatura, con ventosas en las patitas que se mueven rápido y en todas direcciones y que me generan un enorme desagrado. Esto motivó que alguno de ellos sucumbiera al efecto de un certero chancletazo provocado por su intempestiva irrupción en el baño en un momento en que estaba en una de mis cada vez más habituales incursiones nocturnas por esa dependencia de la casa. Lo comenté con amigos y me dijeron que era un salvaje irredento, que no podía matar a esos simpáticos animalitos que no le hacían mal a nadie y además colaboraban con la ecología y, por si eso fuera poco, se comían a los mosquitos! Desde allí la población de reptiles se ha incrementado a niveles inusitados y transitan libremente por el departamento atento a la cantidad de beneficios que su presencia me traería acarreados, a pesar de su aspecto, digamos no tan agraciado. También tengo el patrullaje permanente y hasta el momento gratuito de los murciélagos, que pasan por mi ventana periódicamente, haciéndose notar por ese sonido característico que emiten y que, debo confesar, me suena como cri cri cri, aunque ya me dijeron que los que hacen así son los grillos. Compleja la naturaleza…...Como le ha sucedido a tanta gente a alguno de los hermosos ratoncitos negros con alas se le alteró el radar lo que motivó que en alguna oportunidad terminaran en mi pieza, sucumbiendo bajo la misma chancleta del Geko. Adivinen que pasó cuando lo comenté con mis amigos. Me acusaron nuevamente de persona despreciable que mataba bichos que no le hacían mal a nadie, eran especie protegida y, por supuesto, se comían a los mosquitos!!!
En este punto levanto la vista, el techo está negro de mosquitos, no sé cuántos aedes se pueden haber infiltrado ni qué raro virus me inocularán. Confieso que el que más me intimida, a primera vista, es el de la chikunguña, que no puedo ni imaginarme de que se tratará.
Lo que no veo es a los putos Gekos que se deberían comer a los mosquitos y el sonido de la patrulla nocturna de murciélagos brilla por su ausencia. Todas mis defensas vulneradas, los mosquitos muertos de risa en el techo, esperando que me duerma. Pienso que puede haber pasado y no me quedan muchas alternativas. La desaparición de los Gekos y los murciélagos no es casual. Mi casa es zona liberada y los mosquitos hacen lo que quieren. Mi vecina me contó que vió a una familia de reptílidos saliendo de mi depto. con rumbo a las islas Cayman a depositar un dinerillo que habían obtenido en negocios de gran rendimiento y que por un tiempo no iban a estar. La misma vecina cree haber oído que los murciélagos fueron contratados para Batman 15, la nueva película de Hollywood y hacia allí partieron.

No me resultan muy creíbles las versiones, asi que agarro el Raid, fumigo el techo y me voy a dormir. Pienso que este nivel de corrupción es inaceptable, murciélagos y Gekos involucrados en una turbia negociación. Dentro de todo lo malo me sonrío recordando la vez que le salvé la vida a un visitador médico afectado por el insecticida…
DB. Febrero 2016

Comentarios

  1. jaaa!! si, si, muy oportuna la parte 2, me encantan las ocurrencias y la personificación de la fauna! Creo que tendriás que reunir tu material y publicar!

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  2. jaja me encanto, lo del visitador se encuadra en que a gente siempre se acuerda de la vez que erraste y no de las miles que acertaste, lo cual lleva a los geko que comprendieron la que acertaste y no las que erraste y ya me llevaste a tu delirio

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  3. ¡ Mrá qué sorpresa !!! este doctor casi pariente incursionando en la escritura con soltura y cierto humor agridulce... (y unas acentuaciones - y falta de ellas - , casi inaceptables para su casi pariente especializada en las normas ortográficas vigentes , jijiji, alguna especialidad tenía que argüir, primi)

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